Flute Poem

 

Memoria de los abuelos, vieja madera... 
haré todo lo posible
por conservarte al paso de las edades. 
Te bañaré en aceites y resinas
como si viva estuvieras,
como si no fueras sólo un recuerdo
que yo le pongo vida, aliento,
como Arutam hace en este momento
en mi y ahora de nuevo.

Memoria de los abuelos, vieja madera...
el hombre te levantó en el preciso momento
y no regresaste a la tierra.
Te talló y en sabiduría encontró los puntos
donde su aliento cantaría en tu recuerdo.
Armonía de una vida
que refleja este mundo
en sagrada belleza. 

Tú Arutam
insuflas de Espíritu mi cuerpo.
Mi vida canta
al paso de las estaciones,
y eso es hermoso.
Tu recuerdo abuelo
¿encantará mi vida cuando el hombre sople
y te despierte compartiendo su Espíritu? 
Tu chillido abuelo, 
que fluye en artes blancas,
en manos, dedos y plumas del Chamán:
¿traerá la armonía a mi vida,
mientras observo cómo recuerdo
una infinita Perfección que es sólo armonía
ante mis ojos, todos los días? 

¿Sabes? Los árboles cantan. 
Nunca me acerqué a estudiar
de donde venía esa melodía,
pero cantan. 
Es tan hermoso, que de las cortezas más duras
pero que guardan la sangre más dulce,
silben entre sus hojas como cielo, nube y luz...
¿Has escuchado cantar el arco iris alguna vez?
Yo lo vi, era un espíritu, 
puro sin dedos que aferran;
miles de hilos de luz, nubes y cielos...
que danzaban al viento en inconmensurable belleza.
Tan tierno que sólo me relaje y aprendí;
las llame: plumas.

Y aprendí a saltar al vacío, 
a convertir el miedo en la poderosa estimulación
que libera con poder.
Descubrí la confianza...
Ahora canto y entono mi flauta,
pero escucho a mis Maestros,
en eterno encantamiento.