Arutam y la fuerza
Arutam es un cristal perfecto que contiene la existencia entera en un solo Gran Sentir. Es la inteligencia perfecta detrás del mundo que vemos, eternamente emanante de su propia gracia. Es la armonía que mantiene la sagrada perfección intacta, haciéndola inmortal y eternamente venerable, a un paso del tiempo que la dignifica y descubre nuevos milagros inagotablemente.
Ese sagrado cristal es una paz templada en la insipidez más calma y rica. Toda ansia se ridiculiza a sí misma ante el infinito sentir, cual contiene todo sentimiento en sus crepúsculos más ínfimos y apogeos más esplendorosos, en la chispa de un instante.
El hombre que en ese trance se entrega, descansa en la plenitud. Y en la inteligencia natural que siempre ha sido, comprende el pasado y lo abandona en compasión, respirando libre Arutam en ese único instante que canta, en el océano eterno del Gran Sentimiento.
Cielos que lloran y mojan la tierra dulce, despiertan un chasquido escondido en un rincón entre la tierra, piedra y árboles. Una parte del sentir de Arutam, impreso en alguna hoja verde, recordará al hombre algún matiz de la riqueza de su sentir verdadero. Recordando la Vida las personas sanan, recordando de dónde naciste, dejas de herir el mundo. Lentamente reflexiono, como la compasión es la consecuencia natural de la fuerza.
La madre
Les dejo un fragmento de una consulta que me realizó una señora de San Petersburgo:
-Querría saber si usted me podría ayudar, pues tengo una hija pequeña enferma. Le diagnosticaron cáncer debido a un tumor en el cerebro. Ha recibido el tratamiento oficioso y en principio hubo mejora pero ha vuelto a salir con posible metástasis. Ahora mismo los médicos proponen volver a utilizar un procedimiento bien agresivo, pero mi hija se encuentra en en un estado de salud física y mental muy desmejorado. Siento que no tiene ganas de vivir y se me va. Realmente no creo que pueda ir a mejor su situación, no sé qué va a ocurrir ante una nueva exposición y medicación. ¿Sería posible utilizar un procedimiento natural con hierbas o, incluso, el chamanismo y la ayahuasca para tratar su enfermedad?
- Mi estimada, viene un poco tarde para solicitar mi ayuda y el conocimiento de mis ancestros. Los síntomas que me ha descrito tan detalladamente con anteroridad, muestran un deterioro severo de su energía vital. No es lo mismo abordar esta enfermedad desde el principio, cuando el paciente está fuerte y lleno del tacto sagrado, que ahora cuando apenas puede respirar. Quiero aclararle que el chamanismo es cultura, religión y medicina, pero en su contexto. Los nativos de la selva no experimentaban un desgaste tan severo de su energía vital, por otro lado el cáncer era un asunto desconocido como tantas otras enfermedades. Lo que el chamanismo puede aportar en estos casos no está bien estudiado ni demostrado, salvo experiencias de chamanes en un arriesgado intento de ayudar a sus semejantes en compasión. Asumiendo responsabilidades y por decisión de todas las partes de la familia, se podría intentar hacer algo bajo un seguimiento médico prudente, pero ahora no es el momento debido al estado de deterioro del paciente y la previa exposición a esos agresivos tratamientos. La persona debe de recuperar el tacto sagrado si es que puede todavía, después empezar poco a poco con la práctica del chamanismo. En este caso los médicos seguirán la línea que ya han empezado. Con el corazón en un puño tengo que lamentar que esta respuesta salga de mí para usted, no soy de dejar a nadie en el dolor, pero la edad es la experiencia que hace al hombre sabio en las ramas del conocimiento y la acción. Entiendo que quiera marcharse, pues este sería el principal motivo por el cual quería conocerme.
- No, ¿por qué dice eso? Quiero quedarme y hacer ceremonia con usted. Mi hija me necesita llena de luz y claridad para acompañarle hacia lo que tenga que ser. Necesito estar bien para mis otros dos hijos y toda mi familia. Ellos me necesitan y quiero la bendición del Espíritu para ser el corazón y soporte de todos. Más que nunca necesito paz y voy a encontrarla.
Joder, pensé yo mismo: he sido un niño llorón últimamente, lamentándome por los tristes acontecimientos que me han envuelto. Hasta para sufrir nos creemos importantes, destruyéndonos el "yo" con una muy buena justificación. De la negrura del dolor sólo hay más pofunda oscuridad, y así continuará como toda tendencia. Le agradecí tanto por la lección y por la verdad de su fuerza. Hoy quiero compartirles algo que fue significativo para mí, con todo el sentimiento que respiramos en esa sala mi traductor, la madre y yo.