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Al Natem, por Mauricio Auvet

Siento el poder de la TierraOh medicina te sientoOh medicina, te imploro, te rezoSana mi alma, sana mi cuerpoAbrázame esta noche fría, de angustia y miedoGuía mis pasos por el sendero del misterioAyúdame a cruzar el umbral de lo supremoEn la volunta…

Siento el poder de la Tierra

Oh medicina te siento

Oh medicina, te imploro, te rezo

Sana mi alma, sana mi cuerpo

Abrázame esta noche fría, de angustia y miedo

Guía mis pasos por el sendero del misterio

Ayúdame a cruzar el umbral de lo supremo

En la voluntad está el coraje

El malestar es mi Ego

El Yo consume mi Ser

Oscuras sombras refleja

Ojos vendados vislumbran tinieblas

Tanta vida confundido, abrumado

Es tiempo de vencer las resistencias

En el instante que he tenido que morir

Se abren las puertas del cielo en mi pecho

Compasión, Amor, Belleza

Mi alma que goza y recuerda

El éxtasis vibra en espiral

Unido a lo sagrado,

se expande mi ser ante tanta claridad

No soy un hombre, soy todos los hombres

Soy un campo de flores bañado por el sol

Soy un rio y soy un cielo

Soy el alba y el atardecer

Soy la magia de todo ese poder

El poder del perdón

Ternura de la Madre Tierra

Misericordia y Sabiduría

Océanos de lágrimas lavan mis penas

El fuego respira viento

Los pájaros, extasiados, cantan el amanecer

¿Por dónde es que anduve?

Los árboles saben bien

Sin tiempo, sin espacio

El infinito se ha manifestado

He contemplado lo que soy

Pronto lo habré olvidado

He transitado la distancia del Hombre a la Verdad

La revelación en un paseo por la eternidad

¿Cómo explico si no puedo razonar?

Brota Poesía, aquí comienza nuestra aventura

Luego, junto al árbol y a la luna,

aprenderé a callar.

Arutam y la fuerza

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Arutam es un cristal perfecto que contiene la existencia entera en un solo Gran Sentir. Es la inteligencia perfecta detrás del mundo que vemos, eternamente emanante de su propia gracia. Es la armonía que mantiene la sagrada perfección intacta, haciéndola inmortal y eternamente venerable, a un paso del tiempo que la dignifica y descubre nuevos milagros inagotablemente.

Ese sagrado cristal es una paz templada en la insipidez más calma y rica. Toda ansia se ridiculiza a sí misma ante el infinito sentir, cual contiene todo sentimiento en sus crepúsculos más ínfimos y apogeos más esplendorosos, en la chispa de un instante.

El hombre que en ese trance se entrega, descansa en la plenitud. Y en la inteligencia natural que siempre ha sido, comprende el pasado y lo abandona en compasión, respirando libre Arutam en ese único instante que canta, en el océano eterno del Gran Sentimiento.

Cielos que lloran y mojan la tierra dulce, despiertan un chasquido escondido en un rincón entre la tierra, piedra y árboles. Una parte del sentir de Arutam, impreso en alguna hoja verde, recordará al hombre algún matiz de la riqueza de su sentir verdadero. Recordando la Vida las personas sanan, recordando de dónde naciste, dejas de herir el mundo. Lentamente reflexiono, como la compasión es la consecuencia natural de la fuerza.

La madre

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 Les dejo un fragmento de una consulta que me realizó una señora de San Petersburgo:

 

-Querría saber si usted me podría ayudar, pues tengo una hija pequeña enferma. Le diagnosticaron cáncer debido a un tumor en el cerebro. Ha recibido el tratamiento oficioso y en principio hubo mejora pero ha vuelto a salir con posible metástasis. Ahora mismo los médicos proponen volver a utilizar un procedimiento bien agresivo, pero mi hija se encuentra en en un estado de salud física y mental muy desmejorado. Siento que no tiene ganas de vivir y se me va. Realmente no creo que pueda ir a mejor su situación, no sé qué va a ocurrir ante una nueva exposición y medicación. ¿Sería posible utilizar un procedimiento natural con hierbas o, incluso, el chamanismo y la ayahuasca para tratar su enfermedad?

- Mi estimada, viene un poco tarde para solicitar mi ayuda y el conocimiento de mis ancestros. Los síntomas que me ha descrito tan detalladamente con anteroridad, muestran un deterioro severo de su energía vital. No es lo mismo abordar esta enfermedad desde el principio, cuando el paciente está fuerte y lleno del tacto sagrado, que ahora cuando apenas puede respirar. Quiero aclararle que el chamanismo es cultura, religión y medicina, pero en su contexto. Los nativos de la selva no experimentaban un desgaste tan severo de su energía vital, por otro lado el cáncer era un asunto desconocido como tantas otras enfermedades. Lo que el chamanismo puede aportar en estos casos no está bien estudiado ni demostrado, salvo experiencias de chamanes en un arriesgado intento de ayudar a sus semejantes en compasión. Asumiendo responsabilidades y por decisión de todas las partes de la familia, se podría intentar hacer algo bajo un seguimiento médico prudente, pero ahora no es el momento debido al estado de deterioro del paciente y la previa exposición a esos agresivos tratamientos. La persona debe de recuperar el tacto sagrado si es que puede todavía, después empezar poco a poco con la práctica del chamanismo. En este caso los médicos seguirán la línea que ya han empezado. Con el corazón en un puño tengo que lamentar que esta respuesta salga de mí para usted, no soy de dejar a nadie en el dolor, pero la edad es la experiencia que hace al hombre sabio en las ramas del conocimiento y la acción. Entiendo que quiera marcharse, pues este sería el principal motivo por el cual quería conocerme.

- No, ¿por qué dice eso? Quiero quedarme y hacer ceremonia con usted. Mi hija  me necesita llena de luz y claridad para acompañarle hacia lo que tenga que ser. Necesito estar bien para mis otros dos hijos y toda mi familia. Ellos me necesitan y quiero la bendición del Espíritu para ser el corazón y soporte de todos. Más que nunca necesito paz y voy a encontrarla.

 

Joder, pensé yo mismo: he sido un niño llorón últimamente, lamentándome por los tristes acontecimientos que me han envuelto. Hasta para sufrir nos creemos importantes, destruyéndonos el "yo" con una muy buena justificación. De la negrura del dolor sólo hay más pofunda oscuridad, y así continuará como toda tendencia. Le agradecí tanto por la lección y por la verdad de su fuerza. Hoy quiero compartirles algo que fue significativo para mí, con todo el sentimiento que respiramos en esa sala mi traductor, la madre y yo.